La humanidad se enfrenta a la peor pandemia en un siglo y se ve obligada a participar en una carrera colectiva sin precedentes por encontrar una cura. Bajo la articulación de la Organización Mundial de la Salud, el desarrollo de vacunas avanza sustentado en una vasta colaboración global.
La Covid-19 nos remite a un problema ecológico: la respuesta de la Madre Tierra y de la naturaleza que, como entes vivos, han reaccionado contra la agresión sistemática que sufren desde hace siglos por parte del voraz proceso productivista que no respeta los límites de sostenibilidad, y ha destruido los hábitats de los virus.
Con los profundos cambios que se han producido en la Procuraduría de la República, en su apenas cuarta semana, el Gobierno da un paso de suma trascendencia en el camino hacia la institucionalización del país.
Rafael Trujillo llegó al poder en 1930 y dominó el país hasta que lo ajusticiaron en 1961. En ese largo período utilizó presidentes títeres, pero él era el poder en el trono y detrás del trono. Joaquín Balaguer, uno de los presidentes títere de Trujillo, se postuló en 1966.
La ambición de los gobernantes –de aquí, de allá, de ayer y de hoy-- es el cómo cubrir con el manto del Estado a cada rincón de la nación. Unos para proteger, otros para controlar y otros pocos para promover la realización integral de las personas, de la comunidad, de la nación. Podría decirse que esa intencionalidad se pierde en la conflictiva memoria de la historia.
Con referencia a la Covid-19 se ha centrado todo en el virus y en lo que tiene que ver con él, hasta la vacuna buscada desenfrenadamente. Todo esto tiene su valor y debe ser hecho, pero no con una visión reduccionista, como la que prevalece. Se considera al virus en sí, aislado, fuera de cualquier contexto.
La República Dominicana y Trinidad y Tobago vienen de dar ejemplo de ser dos países caribeños apegados a una institucionalidad constitucional que es garante, en cierto sentido, de su estabilidad económica y política, y también de sus desvelos de ensanchar cada día más la senda del progreso para sus respectivos pueblos.
El tema de la violación de los derechos de niños, niñas y adolescentes constantemente sale a la palestra pública cada vez que se produce algún suceso abominable que estremece la sociedad y surge siempre una discusión sobre el hecho mismo en sí y el rol que jugaron los padres en este proceso.
De México a Chile, las instituciones de memoria y movimientos sociales han seguido su labor durante la pandemia.
In memoriam desaparecido profesor Narciso González Medina. Las desapariciones de personas no son una novedad, tampoco para los dominicanos, ya que en los años de la dictadura de Trujillo fue un método muy usual del régimen contra sus opositores.
En diálogos informales con mujeres residentes en barrios marginados y comunidades rurales, he recibido sus preocupaciones ante el anuncio del presidente Luis Abinader sobre el nuevo año escolar y la modalidad de educación virtual. Uno de sus relatos:
El domingo pasado, Rusten Sheskey, un oficial de policía blanco de Kenosha, Wisconsin, le disparó siete tiros a quemarropa por la espalda al afroestadounidense Jacob Blake, de 29 años de edad, cuando Blake ingresaba a su automóvil.
El dolor se siente hasta en el tuétano. Desde antes de la fundación de la república, sectores conscientes y de sensibilidad humana han pujado por políticas culturales acordes con la identidad dominicana. Sin embargo, esos deseos y acciones se ven tronchados por quienes se sirven con la cuchara grande los recursos económicos y las riquezas inmateriales de la nación.















