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En el marco de la pandemia de COVID-19, El UNFPA solicita 818 millones de dólares para asistencia humanitaria a mujeres y jóvenes en 68 países. La ayuda también incluye asistencia contra la violencia de género.

Los recursos requeridos servirían para atender a los segmentos más vulnerables de esos colectivos durante 2021 en Yemen, Siria, Sudán, Venezuela y Bangladesh, entre otros.

En el mayor llamamiento humanitario de su historia, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) pidió este lunes a la comunidad internacional de donantes reunir 818 millones de dólares para llevar asistencia vital a 54 millones de mujeres, niñas y jóvenes en 68 países a lo largo de 2021. 

La ayuda - que incluiría servicios de salud sexual y reproductiva, así como de protección de la violencia de género y apoyo a sus víctimas -, buscaría contrarrestar la interrupción de esos servicios básicos toda vez que los sistemas de salud han concentrado sus recursos y atención en la pandemia de COVID-19.

Las inversiones en mujeres y niñas y en su liderazgo mejoran las perspectivas de paz, prosperidad y desarrollo sostenibles.

La agencia de la ONU subrayó, en este contexto, la escalada de la violencia doméstica y de género y la creciente urgencia de brindar servicios psicosociales durante la crisis sanitaria.

Una situación a menudo ignorada

La directora ejecutiva del Fondo de Población afirmó que los derechos y necesidades de las mujeres, niñas y adolescentes suelen dejarse de lado, una situación que se ha agudizado en los meses de la pandemia, que también ha dado lugar a más matrimonios infantiles.

“Ya sea que vivan en una casa o en una tienda de campaña en un campo de refugiados, todas las mujeres y niñas tienen derecho a la paz en el hogar. Ya sea en una zona de guerra o afectada por un desastre natural, tienen derecho a una buena salud y bienestar y a vivir con dignidad”, dijo Natalia Kanem.

Agregó que los recursos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte en una crisis. “Más aún, las inversiones en mujeres y niñas y en su liderazgo mejoran las perspectivas de paz, prosperidad y desarrollo sostenibles”, acotó.

Además de solicitar los fondos, el UNFPA instó a aumentar la inversión en las organizaciones locales de mujeres y jóvenes que trabajan en la primera línea para responder a la emergencia derivada del coronavirus.

La dependencia de la ONU aseveró que la asistencia humanitaria, junto con el desarrollo sostenible y la construcción de la paz son las vías para que el mundo se recupere del COVID-19.

Mayor emergencia

Si bien su plan de acción humanitaria para el año entrante abarca 68 países, el UNFPA destacó las naciones donde es mayor la emergencia:

Yemen: Como consecuencia del conflicto, más del 80% de la población, incluido más de un millón de mujeres embarazadas – muchas de ellas gravemente desnutridas -, precisa alguna forma de asistencia. Sólo la mitad de las instalaciones de salud permanecen funcionales y las denuncias de violencia de género han aumentado. La intención es asignarle 100 millones de dólares.

Siria: Tras una década de conflicto, más de once millones de personas necesitan asistencia y 5,7 se han refugiado en los países vecinos. Las mujeres y las niñas son especialmente vulnerables y el UNFPA trabaja con socios en el terreno para llevarles servicios de salud sexual y reproductiva y suministros básicos. La partida planeada para el país es de 81 millones de dólares.

República Democrática del Congo: La agencia de la ONU promueve la coexistencia pacífica entre comunidades con énfasis en las mujeres y jóvenes. También ha establecido líneas de ayuda para las víctimas de violencia de género. Los fondos para este país sumarían 67 millones de dólares.

Sudán: De los 12,7 millones de personas que precisan asistencia, casi 300.000 son mujeres embarazadas y apenas un tercio de los centros de salud cuenta con servicios de obstetricia. La asistencia para la violencia de género tampoco es fácil de encontrar. El UNFPA destinará 40 millones de dólares a Sudán.

Venezuela y países de acogida de refugiados venezolanos: Las medidas para frenar la propagación del COVID-19 han interrumpido el acceso a los servicios básicos y han hecho que decenas de miles de personas que habían migrado regresen a Venezuela. El Fondo trabaja para garantizar la continuidad de los servicios de salud sexual y reproductiva y para reducir el riesgo de violencia de género entre las niñas, mujeres y comunidades de acogida. La agencia proyecta otorgar a esta emergencia 27 millones de dólares.