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Canoa Púrpura: Reivindiquemos a los creadores y creadoras de riquezas
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De la necesidad colectiva, a la realización de sueños y creencias personales
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Las medidas policiales contra las protestas en Estados Unidos “parecen desproporcionadas”
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Comunicación y difusión de alertas
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Dejando las cosas claras: combatir la contaminación informativa para fortalecer la respuesta a la COVID-19 en América Latina y el Caribe
Hay muchos analistas que predicen que la post-pandemia podría significar una radicalización extrema de la situación anterior, un retorno al sistema de capital y al neoliberalismo, buscando dominar el mundo con el uso de la vigilancia digital (big data) sobre cada persona del planeta, algo que ya está en marcha en China y en Estados Unidos.
El ataque sistémico que la naturaleza está realizando contra la humanidad con un virus diminuto e invisible está causando una grave preocupación y llevando a muchos miles de personas a la muerte. Sin embargo, nuestra reacción a la pandemia es también fundamental.
En el peor momento de la crisis sanitaria respiratoria por la pandemia del coronavirus, se incendian los verdaderos de Duquesa en Santo Domingo Norte y el de Rafey, en Santiago de los Caballeros. Las humaredas, a expensas de la dirección del viento, tienen el potencial de afectar a una población metropolitana de más de 4.2 millones de habitantes. Si sumamos el Gran Santo Domingo y Santiago.
Dada la coyuntura actual, los derechos humanos se presentan, como referente pertinente y guía, para responder al desafío que vivimos. El acceso a la información es un aspecto fundamental del derecho a la salud.
La Carta Magna de la República Dominicana permitía la reelección en todos los cargos electivos. Algo que Balaguer aprovechó a fondo. Pero a partir de 1994, a raíz del “Pacto por la democracia”, se prohibió la reelección a la presidencia. No así a los cargos que están por debajo del Presidente.
La pandemia de Covid-19 ha afectado duramente a la nación indígena diné/navajo dentro de Estados Unidos, con la tasa de infección per cápita más alta del país después de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut y Massachusetts.
En nuestro editorial del mes de marzo insistíamos en la necesidad de colocar la solidaridad y la cooperación del Caribe en el centro de nuestra atención para combatir, de manera colectiva, la pandemia que desde hace casi dos meses se abate sobre nuestra región.
Cuando pase la pandemia del coronavirus no nos estará permitido volver a la «normalidad» anterior. Sería, en primer lugar, un desprecio a los miles de personas que han muerto asfixiadas por el virus, y una falta de solidaridad con sus familiares y amigos.
¿Por qué Estados Unidos se convirtió tan rápido en el epicentro de la pandemia global de la Covid-19?. Las respuestas están entre el énfasis al afán de lucro o la vida, pero será muy difícil que la extrema derecha entienda razones.
En este primero de mayo se han publicado en Brasil, al menos dos importantes notas de animación para la lucha de las clases trabajadoras: una, de la Comisión Pastoral Episcopal para la Acción Sociotransformadora, de la CNBB (Conferência Nacional dos Bispos Brasileiros), y otra de la Comisión para los Trabajadores Pastorales, de la Arquidiócesis de Campinas, São Paulo.
El 23 de marzo, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, hizo un importante llamamiento: “Nuestro mundo se enfrenta a un enemigo común: la Covid-19. Al virus no le importa la nacionalidad o el origen étnico, la facción o la fe. Ataca a todos implacablemente.
El Dr. Rubén Lulo Gitte, (1934 – 2017), fue el célebre alcalde del municipio de Moca que repitió en el puesto por cuatro periodos, tres de ellos consecutivos. En la campaña para su quinta reelección solía decir “veinte años no son suficientes para hacer la obra de gobierno que el pueblo necesita”.
Hoy es 1ro de Mayo, Día del trabajo, conmemorado y recordado por que un grupo de valientes trabajadores de 1886, dieron sus vidas al pelear, motivar e impulsar mejores tratos para los trabajadores, logrando con esto las mayores conquistas laborales.