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Opinión | Felipe Díaz/ trabajador social, investigador, especialista en políticas sociales y análisis demográfico..

“La realidad es que antes del virus, la “normalidad” a la que popularmente tanto se añora volver provocaba los niveles de desigualdad que hoy vemos y sufrimos… pensar cómo enfrentar esta crisis tanto en su contexto local como mundial nos da la oportunidad de provocar construir los cambios y transformaciones positivas y necesarias para beneficio de todas y todos”

 

La gente todavía insiste mucho en pensar en el día cuando volvamos a la normalidad, cuando podamos volver a salir y retomar la cotidianidad que se nos había hecho costumbre. Sin embargo, luego de lo que estamos viviendo, tal cosa como volver al punto en el que dejamos todo antes de la declaración de pandemia, con las cuarentenas y toques de queda… no existe, ni existirá.

Las cifras siguen evolucionando, esto en gran medida porque la propagación del virus es compatible con los comportamientos que la población tiene. La lógica a la que responden las medidas tomadas por las autoridades han tenido un nivel de efectos, pero es evidente que no al nivel esperado, el Estado de emergencia sigue extendiéndose. Ya empieza a oler a diciembre y no se ven las lucecitas del fin de la propagación del virus.

Del lado de la población, se puede entender que los episodios de emergencia más similares a esto y que mejor se conocen están relacionadas a ciclones, huracanes y tormentas, que generalmente son situaciones de gran calamidad, incertidumbre y preocupaciones, en ese sentido similares al virus, pero que son de una duración de 2, 3 a máximo 6 días y que en demasiadas ocasiones una rezadita a Tatica resuelve, disipa o ahuyenta el asunto. Por otro lado, el comportamiento de la población siempre ha sido área de estudio y experiencia de las ciencias sociales, y en todos estos meses las decisiones sobre las medidas a imponer a la población han estado pensadas desde las personas profesionales de la salud y burócratas de diferentes instituciones, definitivamente así es difícil que se logre dar con estrategias eficientes para modificar el comportamiento de la población. Es como si la creación de la vacuna se ponga en las diligentes e innovadoras manos de profesionales de trabajo social.

En mayo de este año hice un escrito con estas ideas, hoy comparto esta versión reducida, pues considero que sigue siendo pertinente que pensemos, re-pensemos y actuemos sobre estos aspectos.

Pues es muy cierto que realmente nadie tenía (o tiene) un librito con indicaciones de qué exactamente se debía y debe hacer ante esta pandemia, por tanto, las medidas de protección de la población han sido las mejores opciones dada la coyuntura. Pero ya los tiempos han corrido mucho, es hora de terminar de SACUDIRSE EL GOLPE, asumir la situación, abrir los ojos, llenar los pechos de aire y tomar acciones para una activación social integral e inclusiva.

Sí, la economía es clave para este y cualquier país, pero la recuperación de esta crisis implica mirar de manera integral e inclusiva a todo el entramado social y poblacional, mirar enfocándose y colocando en el centro a la población, a la gente y de ahí tomar todas las medidas sociales y económicas necesarias.

La realidad es que antes del virus, la “normalidad” a la que popularmente tanto se añora volver provocaba los niveles de desigualdad que hoy vemos y sufrimos… pensar cómo enfrentar esta crisis tanto en su contexto local como mundial nos da la oportunidad de provocar construir los cambios y transformaciones positivas y necesarias para beneficio de todas y todos

Las grandes poblaciones excluidas, cuya experiencia de vida es la desigualdad. ¿Qué medios tienen para expresar sus voces y ser parte de la reactivación que estamos teniendo? Entre otras cosas, la pandemia ha vuelto a demostrar que el acceso pleno a los derechos es un privilegio que algunos grupos tenemos; ser conscientes de ello hace que expresar, abogar, influenciar, convencer, abrir a la participación y contribuir tenga una carga de responsabilidad social particular, pues, los nuestros, son los ritmos que la emisora donde se toman las decisiones reconoce como válidos, la nuestra es la música que suena en la radio que pueden escuchar quienes estructurar y toman las decisiones del Estado.

Para cualquier persona o grupo que cuente con estos privilegios, y que podemos y tenemos los medios para participar y expresarnos; hacerlo, con una visión inclusiva, es una responsabilidad y compromiso social y moral, con el país que queremos seguir construyendo y con la necesaria integración plena de toda la población en el desarrollo.

El gobierno, pero sobre todo como sociedad, debemos actuar asertivamente, debemos invertir inteligentemente en el desarrollo teniendo una estrategia para el uso eficiente de los recursos y la construcción de un mejor del presente y futuro para el país. Por tanto, la propuesta central es a revisar y cambiar la estructura socioeconómica que sosteníamos previo a la pandemia, soltar las cosas que no estaban funcionando o no producían mejorías sociales y establecer nuevos sistemas, políticas y medidas, integrales e inclusivas.

Aquí, por último, enuncio (de manera indicativa y no limitativa) algunas medidas para la activación social, que propongo como insumos para la construcción, que solo sería efectiva desde una diversidad multidisciplinar y de opiniones, pero, sobre todo que buscan fortalecer la toma de decisiones hacia un mejor presente y futuro.

 

La Activación Social implica medidas para:

·        El fortalecimiento de las cadenas de valor en la producción y comercio. Con capacitación especializada, gratuita y de calidad enfocada en la producción nacional, incentivos para la producción con calidad y facilidades para el comercio de valor agregado. Esto, atado a políticas y estrategias del fomento de la producción nacional con criterios de dignidad, calidad y sostenibilidad.

·        Una línea a priorizar tener información y evidencias sobre lo que funciona y no funciona de todo lo que se hace desde el gobierno y el Estado. Con los escasos recursos que tendremos y la inversión inteligente a aplicar ameritan que podamos tener información confiable, de calidad y oportuna para tomar decisiones, por tanto, se requiere de un Instituto Nacional de Estadísticas y un Instituto Nacional de Evaluaciones, de funcionamiento y financiación independiente al Poder Ejecutivo, que produzcan las informaciones para el monitoreo del desarrollo y la evaluación lo que funciona y cómo de las políticas que se implementen en todo el país y los sectores.

·        Otra línea para priorizar es la agricultura, con políticas claras y transparentes de fomento y producción, que se enfoquen en generar una seguridad alimentaria para la gente y producción nacional y de exportación con alta calidad.

·        Lo anterior se vincula a la necesidad de replantear las medidas efectivas de acceso al agua, medios de producción, a la tierra y la vivienda. Necesariamente habría que replantear el sistema tributario no para redistribuir, sino para garantizar distribución y acceso de todos y todas a las riquezas.

·        Se requieren medidas de atención a los efectos de la crisis en la población, apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas, medidas de fomento de la vida y producción fuera de los cascos urbanos para evitar una masiva migración interna de las zonas rurales a las periferias urbanas; estrategias para el uso inteligente de las reducidas remesas que vendrán a partir de ahora; incentivos para la retención de personas altamente calificadas en el país; evitar la precarización de las condiciones laborales ante el adverso mercado laboral que tendremos; entre otras.

·        De cara no solo a salir de esta crisis, sino de prepararnos mejor para los retos de la sociedad, el país debe tener políticas claras y eficientes sobre el medio ambiente con enfoque de desarrollo regenerativo; y el fomento de un turismo y hotelería sostenible y de calidad.

·        De manera transversal, en la toma de decisiones de todas las medidas del gobierno y Estado deben estar incluidas las premisas que prevengan la perpetuación de las relaciones de poder y opresión entre grupos y poblaciones y permitan la atención a todas las formas de discriminación y violencias.

·        En cuanto a la inversión inteligente en el desarrollo social; se deben tomar las valientes decisiones que implementen las dilatadas reformas al sector salud para incorporar calidad y universalidad; enfrentar el tema del código laboral para fomentar dignidad laboral y producción; una vez superado el inicio del año escolar, enfocarse en la calidad educativa, más allá de la cobertura y expansión del sistema, fortaleciendo la inversión en la primera infancia y en docencia de calidad.

*imágenes tomadas del internet.