La escena parece improvisada, pero sin duda antológica. La cámara se mueve para arriba, hacia abajo, por los lados, ajena al portento del personaje, como si estuviera sobre un hombro distraído y cansado. En la pared del fondo sobresale una amplia reproducción del mural Guernica de Picasso. Y en el centro, sentada en un sillón beige, está ella. Toda ella.
La aprobación de la llamada “Ley del Plan de Rescate Estadounidense de 2021” no solo es una victoria significativa para el presidente Joe Biden y para la ajustada mayoría demócrata del Congreso.
Al concluir un proceso electoral, los políticos saben que sus partidos tienen que emprender la recomposición interna, hacer aquí y allá los ajustes de lugar, ya sea si lograron llegar al gobierno o si se quedaron en la oposición.
En Estados Unidos, el precepto democrático del gobierno de la mayoría, expresado a través de un desordenado y caprichoso sistema electoral, con reglas diferentes en cada estado y cada condado del país, parece haber sobrevivido a los cuatro años de presidencia de Donald Trump.
Debemos de estar al tanto que el periódico digital Acento publicó una encuesta que ellos encargaron al Centro Económico del Cibao realizada del 19 al 21 de enero. La encuesta incluyó un levantamiento de datos sobre la religiosidad, la militancia religiosa del pueblo dominicano.
El tema haitiano que es de mucho tiempo, últimamente recurre con mucha frecuencia, pero se siente que está falto de sincerización, de una sinceridad histórica, demográfica, económica y ecológica. Y de una visión global, es decir, holística, en su totalidad.
La cultura dominante, hoy mundializada, se estructura alrededor de la voluntad de poder, que se traduce en voluntad de dominación de la naturaleza, del otro, de los pueblos y de los mercados. Esa lógica continuamente crea tensiones, conflictos y guerras.
Una cosa es la promesa y otra la política. En su plan de gobierno el PRM nos enamoró con un inicio contundente que reconocía la vivienda digna y adecuada como un derecho fundamental del ser humano:
Atendiendo al dicho del Predicador en el libro de Eclesiastés 3:1, la Cuaresma es tiempo de introspección: pues, “ En este mundo todo tiene su hora; hay un momento para todo cuanto ocurre”. La introspección es la observación interior, el examen de conciencia, el análisis de la mentalidad, el escudriño de las acciones del pasado y de las normativas de la conducta del presente.
“He recibido personalmente más dosis de la vacuna contra la COVID-19 que 130 países”, dijo el Dr. Craig Spencer al referirse a las dos dosis de la vacuna contra la COVID-19 que recibió recientemente como médico de la sala de emergencias.
Aquella fresca tarde de abril, llegué a la panadería restaurante La Campagna de la Av. Juan Pablo Duarte, Santiago. En ese preciso instante también llegó Julio César Valentín. El senador vestía de jean y una camisa ligera a dos tonos: azul pastel que se fugaba hacia el blanco.
Hay un tema que me preocupa. Son esas voces soterradas que cuestionan la validez del 4% del PIB a la educación. No concibo una actitud, en la sociedad dominicana actual, más improcedente. Las reivindicaciones logradas a través de las luchas de los pueblos son innegociables. Echar para atrás lo que el pueblo dominicano logró con arrojo y tesón puede ser catastrófico para la sociedad, el Estado y el gobierno mismo.













