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Opinión | Por Gisell Rubiera Vargas, M.A.

La Conferencia Iberoamericana es un mecanismo de concertación política y de cooperación, creado en el marco de la I Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en julio de 1991, en Guadalajara, México y cuyo objetivo se enfocó en contribuir con un futuro de paz, mayor bienestar e igualdad social, impulsar un proyecto de cooperación iberoamericano sustentado en el diálogo, la solidaridad y la adopción de acciones concertadas.

Desde entonces, los 22 países que la conforman se reúnen de manera anual, a modo de reflexión y toma de iniciativas acordadas entre las partes, proactivamente sobre temas prioritarios de las agendas y del entorno iberoamericano e internacional como la migración, la economía, seguridad alimentaria y medio ambiente.  

Este año, la cumbre ha tenido lugar en nuestro país, la República Dominicana los días 24 y 25 de marzo de 2023 y dentro de los temas de agenda, estaba incluido para el pasado jueves 24, la presentación del Informe “Perspectivas económicas de América Latina 2022: hacia una Transición Verde”, el cual analiza cuestiones críticas relativas al desarrollo sostenible e inclusivo en América Latina y el Caribe (ALC). 

Entre los elementos importantes que pudimos identificar en el documento que se publica de manera anual bajo la responsabilidad del secretario general de la OCDE, del Presidente la Corporación Andina de Fomento (CAF) y del Presidente de la Comisión Europea, se revela un bajo desempeño económico en ALC, el cual está impactando de manera directa en los más vulnerables socialmente y también recalca la necesidad de que América Latina se avoque a un cambio de su sistema de producción actual a uno mas sostenible y justo.   

La situación retratada y recogida en este informe, nos edifica sobre una realidad palpable que reafirma la constante de que el sistema de producción actual simplemente no funciona y eso debido a dos elementos fundamentales: 

1.- Porque el sistema de producción económico actual genera exclusión y es desigual. Hace más rico a los ricos y más pobre a los pobres. 

2.- Porque Sacrifica el medio ambiente y los recursos naturales, y al final los más desposeídos y vulnerables pagan la mayoría de las consecuencias, debido a los efectos del cambio climático. 

Entonces, si teneos un sistema de producción que en definitiva no genera bienestar a la mayoría, entonces ¿por qué insistir en su mantenimiento? 

Mientras se despierta la conciencia medioambiental, sectores se resisten a una transición mediante la omisión o el incumplimiento de medidas y políticas para mitigar los riesgos, sin embargo, siguen enriqueciéndose.

 Sin lugar a duda, se requiere una perspectiva amplia para asumir posiciones y estudiar de manera objetiva y crítica este fenómeno, para colocar las cosas en su justa dimensión.

 Aguardamos las esperanzas de que estos encuentros logren consensos que puedan ser elevados a otras instancias internacionales, y que las voces de las víctimas y afectados, estén verdaderamente representadas, pero sobre todo se tomen acciones eficientes que generen un verdadero impacto social y medio ambiental.