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Opinión | Miguel Ángel Cid Cid/Consultor Internacional

El dramatismo morado es tan efectivo que sin tener tropa en la percepción de los espectadores se divisan legiones enteras. De ahí lo  desconcertante del teatro cardenalicio. En un acto en apariencia sin explicación Danilo Medina desistió de sus aspiraciones a reelegirse en la presidencia por un tercer mandato. Lo de aparente se colige al saberse en poquito tiempo que los votos sobraban.

Leonel Fernández, el líder y guía, el predestinado se creyó que el desistimiento de Danilo se debió a las escaramuzas escenificadas frente al Congreso y celebró el triunfo en grande. Luego de Fernández analizar lo de la “sangre nueva” se le cuajó la sonrisa. Lo correcto para él debió ser tender un puente para el paso de los danilistas. Por el contrario el León reanudó su discurso de odio con mensajes derrotistas.

-- El Poder del Estado será vencido “con la fuerza del pueblo” porque está demostrado que “con la fuerza del pueblo” nadie puede --, asegura Fernández. -- Esta no es una lucha política por puestos en el gobierno, esta es una lucha moral”, recalca Leonel. 

La pregunta no se hace esperar ¿Los sobres amarillos con liderazgo descomunal y espontáneo que se distribuían en Dajabón son parte de esa lucha moral? A propósito, ¿cómo era que se llamaba el compañerito que le quitaron los sobres amarillos y a cual fue que se lo dieron? Como quiera que fuera esa era una estrategia buenísima para construir liderazgos vacíos.

“¡A carai!” Ahora recuerdo que “Con la fuerza del pueblo” en las elecciones del 2010 y 2016, era el slogan de Gilberto Serulle, como ahora es enarbolado por Leonel Fernández. ¿Y a dónde se fue la creatividad de ese gran pensador? ¡Caramba! que fastidioso es el escaramujo.

Por otro lado, días después de escoger a Gonzalo Castillo como el delfín preferido, 21 de los miembros del Comité Político del PLD anunció su apoyo a Gonzalo. Entre los integrantes del CP están los integrantes de la llamada OTAN. Más adelante hicieron lo mismo, 22 senadores peledeistas. Casi al unísono  unos 500 miembros del Comité Central del partido morado se abalanzaron en apoyo frenético al delfín escogido.

Incluso se cree que en los próximos días la mayoría de los diputados peledeistas se volcaran a dejar bocaditos motivadores al delfín.

Ante el despliegue de fuerzas del danilismo, los leoneistas pegaron el grito al cielo. “Los miembros del CP que apoyan a Gonzalo son generales sin tropas”, declaró Rafael Alburquerque. La afirmación se asemeja a la burla de un conejo diciéndole “orejú” a un burro.

Reinaldo después que se retiró quiere nadar en dos aguas, él debe entender que el lodo de Odebrecht es diferente. Todo indica que Reinaldo está pisando tierra movediza y puede hundirse hasta el pecho. Aunque en el PLD nunca se sabe. 

A todos estos avatares, Leonel responde con la increpación de que “los danilistas cuentan con las fuerzas de la élite. En cambio nosotros tenemos las fuerzas de las bases del partido y el pueblo dominicano, tenemos la fuerza del pueblo”.

Al final parece que irán juntos “macos y cacatas”, pero “cuidadito con la cacata, pájaro que pica y mata…”. 

Entre los morados solo hay una verdad absoluta, consiste en que las tropas están de un solo lado, del lado de Don Dinero.

Cuando usted viene a ver, después del 6 y antes del 15 de octubre 2019, el grito patético de “Me venció el Estado”, se repita en boca de Leonel Fernández Reyna.

En definitiva, en una obra escenificada por la corporación purpura “en el mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira”.