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Opinión | Miguel Ángel Cid Cid/Consultor Internacional

La huelga llevada a cabo el lunes 29 recién pasado, se desarrolló con absoluta normalidad y se erigió en un éxito total, como hacía tiempo no ocurría. El movimiento huelgario, es sin dudas, un mensaje claro al actual gobierno encabezado por el Presidente Danilo Medina Sánchez.

En consecuencia, corresponde a los estrategas del Mandatario, interpretar las dimensiones del recado que el Cibao le envió.

En efecto, que los cibaeños  apoyaran masivamente las protestas de esta semana, es un indicador de que la población está inconforme con la gestión del gobierno peledeista. El carácter pacífico de la huelga le imprime un mayor impacto socio-político. “Esa manera cívica con que se desarrolló la protesta, habla con fuerza sobre el nivel organizativo de los convocantes al paro”, coincidieron varios amigos consultados.

Se recuerda, que las huelgas y otros tipos de protestas se desacreditaron desde hace mucho tiempo. Sobre todo, por las convocatorias desacertadas y sin sustento social, solo por interés político o económico de grupos aislados. Hay que tener presente, que en el pasado reciente se convocaba una huelga por “cualquier quítame esta paja”, siendo esto una de las razones que dieron pie a su descredito. 

En consecuencia, el principal logro de los organizadores de la protesta, consiste en haber rescatado las huelgas como un recurso valido para las luchas de los ciudadanos Dominicanos. Recurso que entró en desuso por el abuso desmedido de sectores interesados.

Tanto es así, que hacía varios años que no se producían protestas de ese nivel en el país, aunque, los intentos fallidos se cuentan por montones. “Tal parece, que este fue el contexto que llevo a las autoridades competentes a subestimar la capacidad de convocatoria de los organizadores de la huelga”. Mis contertulios, creen que los del gobierno deben estar sorprendidos con el éxito rotundo de la huelga. “Tú puedes estar seguro de que a ellos les tomó por sorpresa, ellos apostaron al fracaso”, afirman.

La tarea del Presidente Danilo Medina Sánchez, en lo adelante, está en descifrar los indicadores que influyeron para que la huelga del lunes calara tan hondo en la población del Cibao. Inclusive, muchas de las empresas y comercios, desde el viernes anterior instruyeron a sus empleados para que no asistieran a trabajar el lunes debido a la huelga. Esta situación, indica que en cierto modo, el éxito de la protesta se debió a que los diferentes sectores de clase se auto convocaron.

Cuando un movimiento tiene un apoyo espontaneo, al gobierno solo le queda prestar atención acuciosa a las demandas enarboladas por sus organizadores. Pretender ignorar los reclamos del Cibao es un flaco servicio a su propia gestión. ¡El Presidente debe abandonar esa actitud!

De igual manera, los medios masivos de comunicación tienen que abandonar la actitud de tratar con paño tibio los hechos que riñen con la actual gestión de gobierno. Más temprano que tarde, las consecuencias se harán sentir. Si los mass media continúan actuando a la ligera, como sucedió con la huelga del lunes 29, su descredito crecerá como la arena del mar. Sin lugar a dudas, la pasada huelga fue un hecho noticioso contundente. Tampoco hay dudas, sobre lo que  establece la ética periodística en cuanto al modo de tratar los hechos noticiosos.   

En consecuencia, el Presidente Danilo Medina debe instruir a los funcionarios del gobierno a promover intervenciones sociales que calen en el corazón de las comunidades. “El Presidente Medina y todo su equipo de trabajo tiene que atender las necesidades sentidas de las comunidades. De lo contrario, se sucederán otros movimientos huelgarios con mayor magnitud e impacto que el que se produjo el pasado lunes”, concluyeron los amigos consultados.

Por su parte, los medios de comunicación masiva tienen la sublime responsabilidad de informar a la población con transparencia y veracidad. Además, publicar las noticias con la relevancia que le corresponde en cada caso.