La rama en Santo Domingo de la NAPSA, a través de su departamento Campesinado, Barrios populares y medio ambiente, celebró este domingo 20 de diciembre su tradicional fiesta navideña con los/as niños/as del batey de la comunidad de San Rafael, en Barahona.
Este encuentro tuvo dos objetivos: uno, permitir a los niños más vulnerables de celebrar la venida de Jesús, un niño al igual que ellos pobre y frágil, a través de cantos, baile y juguetes; y el otro, dejar claro que la llegada de Jesús solo aporta paz y amor, y que la violencia no es de Jesús y que solo aporta muerte y tristeza.
Esta fiesta navideña contó con la presencia de algunas 80 personas, niños, niñas juntos con su familia. Para celebrar esta gran ocasión, los niños bailaron y cantaron bailes y cantos sacados tanto del repertorio dominicano como del haitiano.
Durante la actividad, donde se pudo observar que la cara de los niños resplandecía de alegría. Con eso, la NAPSA volvió a evidenciar que todavía es posible salvar a nuestros pequeños a través de este tipo de actividades que pueden realizarse no solo en tiempo de navidad sino en otros momentos. Estas actividades enfocadas que promueven la paz mediante la cultura, el deporte, la distribución de juguetes, un paso más en la lucha para romper con los ciclos de violencia que nos entristecen a todos.
Luego de la parte cultural, el equipo que salió de Santo Domingo para el evento, el internacionalista Donaldson Pierre, encargado de la unidad que organizó el evento, y Dominique Jérôme, estudiante de Diplomacia y secretaria de dicha unidad, juntos con otros dos amigos de NAPSA, el economista dominicano Arnold Almánzar junto con su esposa Roxana Müller, compartieron con los niños la picadera que les fue preparada para la ocasión.
Desde el 2013, NAPSA ha estado trabajando en esta comunidad de San Rafael para la mejora de las condiciones de vida de los pobladores. Este trabajo se enmarca en el compromiso de la organización de ayudar a los más necesitados, un paso hacia el desarrollo de Haití, y mejores relaciones entre Haití y República Dominicana.
NAPSA aprovecha esta ocasión expresar a todos los/as niños/as sus deseos de paz y amor. Que crezcan como el niño Jesús en inteligencia y sabiduría, que sean apartados de todo mal, y que su única meta sea un mundo más humano.