NUEVA YORK, 28 de mayo del 2024 - Decenas de millones de personas que viven en áreas costeras de baja elevación en América Latina y el Caribe están enfrentando las consecuencias de eventos climáticos extremos que amenazan sus vidas, sustento y los hospitales de los que dependen, de acuerdo con un nuevo estudio realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Utilizando imágenes de satélite, datos geoespaciales y estimaciones de población, el UNFPA identificó las comunidades costeras más expuestas a riesgos, como huracanes y otras tormentas, que se están volviendo más frecuentes y severas a causa de la crisis climática. Las secuelas de los eventos climáticos extremos a menudo llevan a inundaciones generalizadas que destruyen tanto hogares como negocios, y que perturban servicios esenciales, incluida la atención médica. Las mujeres y las niñas son a menudo afectadas de manera desproporcionada -desplazadas de sus comunidades y espacios seguros y sin poder acceder a servicios de planificación familiar, partos seguros o protección contra la violencia de género.
El análisis de datos realizado por el UNFPA revela que un estimado de 41 millones de personas -o el seis por ciento de la población en la región de América Latina y el Caribe- que viven en áreas costeras están expuestas a tormentas e inundaciones que ponen en riesgo la vida. El análisis también muestra que 1,448 hospitales vitales para la salud materna y la planificación familiar se encuentran en áreas costeras de baja elevación, más propensas a los desastres naturales:
En Aruba y las Islas Caimán, Surinam, Bahamas y Guyana, más del 80 por ciento de los hospitales están en áreas costeras de baja elevación.
En otras zonas del Caribe y América Latina, los países con el mayor número de hospitales en áreas costeras de baja elevación son Brasil con 519 (7.2 por ciento) instalaciones, México con 159 (5.4 por ciento) instalaciones, Haití con 133 (10 por ciento) instalaciones y Ecuador con 130 (11.9 por ciento) instalaciones.
“El cambio climático impacta más fuertemente a las mujeres y las niñas, y exacerba las desigualdades existentes. Millones de mujeres y niñas en condiciones de pobreza y vulnerabilidad, que son las menos responsables de la crisis climática, pagan un alto precio cuando desastres relacionados con el clima golpean e interrumpen servicios esenciales de salud y protección, así como los modos de ganarse el sustento”, explica la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA.
El UNFPA está lanzando estos datos durante la conferencia sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés) en Antigua y Barbuda, donde la organización hace un llamado por mayores inversiones y ayuda técnica, para mejorar la recopilación de datos sobre el impacto de la crisis climática en las mujeres y las niñas, y para apoyar a los países vulnerables a construir sistemas de salud resilientes.
“Necesitamos inversiones a escala y específicas, que salvaguarden sus derechos y fortalezcan su capacidad de adaptación”, dijo la Dra. Kanem.
La conferencia sobre SIDS tiene lugar justo cuando comienza la temporada de huracanes del Atlántico y se espera que sea "extraordinaria", según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. La crisis climática representa una amenaza existencial para los SIDS. En varios de ellos -Bahamas, Surinam y Guyana-, más del 80 por ciento de la población vive en áreas costeras de baja elevación, las cuales están hasta 10 metros sobre el nivel del mar.
El UNFPA está utilizando sus datos de población, con imágenes satelitales y datos geoespaciales, para proporcionar información crítica sobre comunidades vulnerables a los equipos de respuesta humanitaria, como lo hizo en Honduras durante el huracán Iota en 2020. Los modelos de población del UNFPA también han sido utilizados para identificar poblaciones en mayor riesgo por inundaciones fluviales cerca de la frontera entre Panamá y Costa Rica, así como para mapear la exposición de la población de San Vicente y las Granadinas a erupciones volcánicas.