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Derechos humanos | Por Redacción Espacinsular

Nuestra fe no es violenta ni discriminatoria

Los miembros de ACT Alianza en la región de América Latina y el Caribe (LAC) emitieron una declaración en respuesta a la 52ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA). 

Su declaración abordó el inquietante aumento de la influencia de algunas organizaciones religiosas que impiden o eliminan los derechos humanos, los derechos de género y la eliminación de la violencia contra las mujeres, las niñas y los niños.

La comprensión de los miembros de ACT sobre el papel de las organizaciones basadas en la fe es muy diferente. “Es por nuestra fe que seguimos visibilizando, luchando y exigiendo justicia oportuna e integral frente a las violaciones a los derechos humanos, y nos comprometemos a ofrecer un testimonio que sea también constructivo para la democracia, la convivencia pacífica en sociedades plurales, y pleno reconocimiento de la dignidad de todas las personas”.

La declaración destacó la necesidad de respetar la dignidad de todas las personas, incluyendo “…en particular a los niños, niñas y adolescentes, las mujeres, los pueblos indígenas, las comunidades negras y afrodescendientes, las personas con discapacidad, las personas migrantes y la comunidad LGBTIQ…”.

Los miembros de LAC manifestaron que “rechazamos la forma en que los discursos religiosos y de fe son explotados y promovidos por algunos sectores para estigmatizar a otros sectores de la sociedad, negarles sus derechos y aumentar su vulnerabilidad, poniendo en riesgo su vida y su dignidad”.

Concluyeron con un compromiso con el mandamiento radical de nuestro Señor Jesucristo de amar sin discriminación alguna.

Comunicado 

Alianza ACT para América Latina y el Caribe, octubre 2022 Nuestra fe no violenta ni discrimina. Presentes en la 52° Sesión Ordinaria de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos - OEA, cuyo lema es “Juntos contra la desigualdad y la discriminación”, declaramos:

1. Los derechos humanos solo pueden ser garantizados si se enfrenta decididamente la desigualdad y discriminación que afecta a millones de personas en todos los países del continente, y más gravemente aun a las niñas, niños y adolescentes, las mujeres, los pueblos indígenas, las comunidades negras y afrodescendientes, las personas con discapacidad, las personas migrantes, la comunidad LGBTIQ, entre otras.

2. A la luz de las reflexiones y el diálogo realizado durante estos días, es nuestra convicción que se trata de situaciones que deben abordarse desde la interseccionalidad y desde un enfoque de género.

3. Desde la alianza y las organizaciones basadas en fe que representamos, notamos con preocupación la influencia que colectivos de trasfondo religioso vienen ejerciendo en el discurso político de los gobiernos, en la creación y/o modificación de normas que impiden el desarrollo legislativo de los derechos humanos, así como en el desmantelamiento de políticas públicas favorables a derechos como la educación sexual, y la eliminación de la violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes.

4. Es por nuestra fe que continuamos visibilizando, luchando y exigiendo justicia oportuna y plena en contra de las violaciones a los derechos humanos y nos comprometemos a ofrecer un testimonio que sea también constructivo para la democracia, la convivencia pacífica en sociedades plurales, y el reconocimiento pleno de la dignidad de todas las personas.

5. Por lo expuesto, rechazamos la forma en que los discursos religiosos y de fe son instrumentalizados y promovidos por algunos sectores para estigmatizar a otros sectores de la sociedad, para negarles sus derechos e incrementar su vulnerabilidad, poniendo en riesgos sus vidas y dignidad. Se trata de comportamientos que agravan las desigualdades históricas que caracterizan nuestra región, coadyuvan al deterioro de la institucionalidad democrática, y se oponen al mandamiento radical de nuestro Señor Jesucristo de amar sin ningún tipo de discriminación.

Lima, 07 de octubre 2022