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Cultura y sociedad | José Luis Soto

La labor de difusión de la SDB debutó con la Colección de Cultura Dominicana reeditando en 1974; La República Dominicana, directorio y guía general que Enrique Deschamps había dado a la estampa en 1907.

La Colección Cultura Dominicana terminó ocupando un lugar importante en numerosos hogares dominicanos. El listado de los primeros 200 socios de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos figura en Sociedad Dominicana de Bibliófilos, memoria 45 años (Santo Domingo, SDB, 2018, pp.23-26). Hoy, cincuenta años más tarde, su colección de Cultura Dominicana (incluida la segunda época), cuenta con 97 títulos de autores que dormían el sueño de los justos en estantes de bibliotecas particulares y algunos, por qué no decirlo, olvidados.

La Sociedad Dominicana de Bibliófilos se mantiene aferrada a la idea originaria de sus fundadores, en especial la de Gustavo Tavares Espaillat, de rescatar las más preciadas obras desconocidas de la bibliografía dominicana, cuyo pasado está intrínsecamente ligado al descubrimiento y conquista de América. El volumen 88 de esta primera colección fue precisamente Historia del almirante (2019), de Hernando Colón, 45 años después de La República Dominicana, directorio y guía general en 1974 (Cfr., Reseña bibliográficas de las publicaciones de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Santo Domingo, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, 2021, 197 pp.).

Los 200 títulos que ha dado a la estampa la Sociedad Dominicana de Bibliófilos se distribuyen en 85 volúmenes de la Colección de Cultura Dominicana y los 97 de la 2da época, además de los 12 volúmenes de los Clásicos Bibliófilos y de los 41 de la colección Bibliófilos 2000.

En los últimos años, La Sociedad ha despertado en instituciones gubernamentales el interés por recuperar obras perdidas en los inicios de la bibliografía dominicana. Destacan en particular el Banreservas y Archivo General de la Nación, que en varias ocasiones se han asociado a la SDB. En guisa de ilustración, la reedición, en 7 volúmenes, de la prestigiosa Colección Pensamiento Dominicano que fundada en 1949 por el librero Julio D. Postigo. La “librería Dominicana”, escribe José Rafael Lantigua a propósito de Postigo, “inició su labor editorial en 1943 […]. El primer libro publicado fue la Antología poética dominicana de Pedro René Contín Aybar, que era para la época el principal crítico literario del país.

Seis años más tarde, la iglesia Evangélica autoriza a don Julio [Postigo] a iniciar la Colección Pensamiento Dominicano. Corría el año 1949. Fue el primer gran envión de la literatura dominicana. Un acontecimiento editorial que tenía antecedentes pálidos, de breve existencia, y con el cual se pudieron conocer obras fundamentales de nuestra sociedad de las letras.

Un total de cincuenta y cinco títulos fueron publicados en esta colección de Postigo, que se inició con Narraciones dominicanas de Manuel de Jesús Troncoso de la Concha y concluyó […]en 1980, con Frases dominicanas de Emilio Rodríguez Demorizi.

Tres décadas de un recorrido memorable por nuestra literatura, que abarcó todos los géneros: poesía, narrativa larga y corta, historia, filosofía, teatro, crítica literaria”.

Varios historiadores haitianos figuran en el catálogo de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, cuya finalidad, además de mostrar la idea que tienen nuestros vecinos de nosotros, tengamos igualmente una idea de la de ellos, verbigracia La República de Haití y la República Dominicana, de Price-Marso; Manual histórico de Haití, de Dorsainvil, entre otros.

La Sociedad Dominicana de Bibliófilos destaca en su larga lista de publicaciones las obras de Fabio Fiallo, Mieses Burgos, Hernández Franco o los ensayos críticos de Pedro y Max Henríquez Ureña, así como de Ramón Francisco.

La Sociedad Dominicana de Bibliófilos ha logrado en 50 años de historia emular a Gustavo Tavares Espaillat que creía que el libro. La lectura y la cultura eran imprescindibles para el desarrollo de República Dominicana

La labor de difusión de la SDB debutó con la Colección de Cultura Dominicana reeditando en 1974; La República Dominicana, directorio y guía general que Enrique Deschamps había dado a la estampa en 1907.

La Colección Cultura Dominicana terminó ocupando un lugar importante en numerosos hogares dominicanos. El listado de los primeros 200 socios de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos figura en Sociedad Dominicana de Bibliófilos, memoria 45 años (Santo Domingo, SDB, 2018, pp.23-26). Hoy, cincuenta años más tarde, su colección de Cultura Dominicana (incluida la segunda época), cuenta con 97 títulos de autores que dormían el sueño de los justos en estantes de bibliotecas particulares y algunos, por qué no decirlo, olvidados.

La Sociedad Dominicana de Bibliófilos se mantiene aferrada a la idea originaria de sus fundadores, en especial la de Gustavo Tavares Espaillat, de rescatar las más preciadas obras desconocidas de la bibliografía dominicana, cuyo pasado está intrínsecamente ligado al descubrimiento y conquista de América. El volumen 88 de esta primera colección fue precisamente Historia del almirante (2019), de Hernando Colón, 45 años después de La República Dominicana, directorio y guía general en 1974 (Cfr., Reseña bibliográficas de las publicaciones de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Santo Domingo, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, 2021, 197 pp.).

Los 200 títulos que ha dado a la estampa la Sociedad Dominicana de Bibliófilos se distribuyen en 85 volúmenes de la Colección de Cultura Dominicana y los 97 de la 2da época, además de los 12 volúmenes de los Clásicos Bibliófilos y de los 41 de la colección Bibliófilos 2000.

En los últimos años, La Sociedad ha despertado en instituciones gubernamentales el interés por recuperar obras perdidas en los inicios de la bibliografía dominicana. Destacan en particular el Banreservas y Archivo General de la Nación, que en varias ocasiones se han asociado a la SDB.

En guisa de ilustración, la reedición, en 7 volúmenes, de la prestigiosa Colección Pensamiento Dominicano que fundada en 1949 por el librero Julio D. Postigo. La “librería Dominicana”, escribe José Rafael Lantigua a propósito de Postigo, “inició su labor editorial en 1943 […].

El primer libro publicado fue la Antología poética dominicana de Pedro René Contín Aybar, que era para la época el principal crítico literario del país. Seis años más tarde, la iglesia Evangélica autoriza a don Julio [Postigo] a iniciar la Colección Pensamiento Dominicano. Corría el año 1949. Fue el primer gran envión de la literatura dominicana. Un acontecimiento editorial que tenía antecedentes pálidos, de breve existencia, y con el cual se pudieron conocer obras fundamentales de nuestra sociedad de las letras.

Un total de cincuenta y cinco títulos fueron publicados en esta colección de Postigo, que se inició con Narraciones dominicanas de Manuel de Jesús Troncoso de la Concha y concluyó […]en 1980, con Frases dominicanas de Emilio Rodríguez Demorizi.

Tres décadas de un recorrido memorable por nuestra literatura, que abarcó todos los géneros: poesía, narrativa larga y corta, historia, filosofía, teatro, crítica literaria”.

Varios historiadores haitianos figuran en el catálogo de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, cuya finalidad, además de mostrar la idea que tienen nuestros vecinos de nosotros, tengamos igualmente una idea de la de ellos, verbigracia La República de Haití y la República Dominicana, de Price-Marso; Manual histórico de Haití, de Dorsainvil, entre otros.

La Sociedad Dominicana de Bibliófilos destaca en su larga lista de publicaciones las obras de Fabio Fiallo, Mieses Burgos, Hernández Franco o los ensayos críticos de Pedro y Max Henríquez Ureña, así como de Ramón Francisco.

La Sociedad Dominicana de Bibliófilos ha logrado en 50 años de historia emular a Gustavo Tavares Espaillat que creía que el libro. La lectura y la cultura eran imprescindibles para el desarrollo de República Dominicana