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Entre tú y yo… | P. Regino Martínez Bretón, sj

Si estamos y permanecemos unidos y organizados, necesariamente tenemos que aceptar el  estar dispuestos/as a cambiar para mantener nuestra estabilidad en las nuevas situaciones que se nos vayan presentando.

No podemos permitir que el tiempo se nos vaya delante… El crecimiento en las asociaciones se manifiesta en esa actitud, comportamiento de cambio tanto a nivel personal como a nivel comunitario.

            Digo esto, porque a nivel político solemos decir “yo siempre he pertenecido a este partido”. “yo le agradezco tal favor a tal candidato”. Tenemos que aprender que la política no es “hacer favores personales”, ni política es “casarse con un partido”… La política es resolver los problemas de la “polis”, que viene del  griego  y significa “ciudad”; o sea, resolver las necesidades y problemas de la comunidad. A los políticos malos les interesa crear lazos de dependencia entre él como dirigente y sus seguidores. Eso se llama “clientelismo”… El auténtico político es el que “resuelve” a la comunidad; por tal razón yo no tengo que agradecer individualmente ningún servicio que un político haga, porque esa es su misión, su deber; además, el favor que hace un político no lo hace con el dinero de su bolcillo, sino con el dinero del Pueblo.. Nadie tiene que agradecerme a mí el que no lo haya insultado… porque mi  deber, mi obligación es respetar a todas las personas, infantes, jóvenes y adultas. El político tiene que servir a todas las personas por misión asumida profesionalmente y por deber humano… La recompensa, para el político, es la paga que se le ofrece cada mes, el sueldo.

            La asociación nos enseña, nos facilita el cambio. Si nos fijamos una fuente de conflicto, a nivel personal, en la vida, es cuando no somos capaces de aceptar el cambio. Nuestro cuerpo crece porque acepta el cambio… Nadie permanece en la niñez, ni en la juventud, ni en la madurez… nuestro cuerpo y conciencia van creciendo con los años. Cambian. Si permanecemos aislados nos enrarecemos. Hasta llegamos a tenerle miedo a la gente… Es por eso que la asociación nos enriquece porque nos ayuda a permanecer abiertos al encuentro con el otro y a los acontecimientos nuevos que se presenten. Fijémonos que al pasar los años nos vamos distanciando de los jóvenes porque nos quedamos fijos en las relaciones, nos aislamos y nos resulta más difícil asumir el cambio y entender a la juventud…

Muchos cambios son deliberados ya sean planificados o no. Muchos otros cambios no son buscados sino que emergen para sorpresa nuestra.  Muchos cambios sorprendentes  son efectos no visibles de acciones nuestras, mientras otros son efectos lejanos de múltiples interacciones en nuestro entorno y nos llegan para retarnos, desafiarnos  y en los mejores casos para aprender. Enseñarnos…

Incluso cuando queremos la estabilidad de un proceso o estructura debemos hacer cambios en el ambiente para asegurar esa buscada estabilidad.

.Algunas veces deseamos el cambio de estructuras y procesos y a pesar de ello vemos que son estables y resisten; o sea, se adaptan o aprenden a manejar los intentos de cambio. Como dice el refrán “mis penas aprendieron a nadar y no se ahogan en el alcohol”…

        Por tanto, algunas conclusiones:

Tenemos que  aplicar inteligencia de equipo para hacer ajustes sobre la marcha sin crear traumatismos en las/os socias/os.

·         Mantener una información clara, oportuna  y transparente de la directiva a las/os socios y viceversa que sean unos canales creíbles. La falta de información se puede convertir en u cáncer…

·         Participación RESPONSABLE. Estar “con y como”  la gente y no contra la gente o a pesar de la gente, promover la participación de forma que todas/os se sientan tomadas/os en cuenta desde la información, la consulta o la decisión.

·         El auténtico líder o lideresa es quien “enseña a hacer” haciendo, no mandando… Así  es como se enseña: “la palabras mueven. El ejemplo arrastra”… La asociación se convierte en un semillero de líderes.

·         Cambiar el modelo exige un cambio mental  porque tenemos que  re-estructurar o re-enmarcar la forma de percibir e interpretar los procesos, estructuras y actividades. A nivel de fe, en la Vida Consagrada, llamamos a este cambio: “recuperar el valor, carisma, originario; la semilla de Dios…” …de ahí su poder para actuar en el presente con la mente  “visión” del fundador o fundadores de la asociación… Esto nos exige “fidelidad creativa”..,.. , que no es “hacer como hizo”, sino “hacer como haría ahora”.

·         Un cambio de estructuras y cargos implica, obliga y facilita el cambio de actividades y programas. En este nivel de cambio es fácil de identificar y programar el qué cambiar y el hacia qué cambiar;  pero el cómo cambiar es más difícil planear y mucho más difícil de ejecutar; pero no es imposible de realizar por el hecho de ser difícil…

·         Como recordación hacemos presente los cinco sentidos, las raíces del trabajo social: 1. Sentido de humanidad… 2. Sentido de fe…3. Sentido gratuidad/ solidaria… 4. Sentido de servicio profesionalizado… 5. Sentido Popular/unidos y organizados.

·         Si seguimos estas líneas de pensamiento, que hemos venido reflexionando  necesariamente vamos a llegar al “empoderamiento”.  Sólo así, generamos un poder que defienda los intereses de los empobrecidos y empobrecidas obtendremos la auténtica “democracia” porque haremos que los políticos dejen de manipularnos y comiencen a tenernos en cuenta como sujeto de diálogo y discernimiento en la toma de decisiones que nos beneficien como Pueblo Unido y Organizado. La democracia sin participación del Pueblo es pura “demagogia”… Es decir, vivir amarrados por políticos que nos entretienen y engañan con falsas promesas…

·         En los siguientes artículos vamos a dar un paso más en este proceso de reflexión: “EMPODERAMIENTO DE LA COMUNIDAD A TRAVÉS DE LA PARTICIPACIÓN CÍVICA”

La integración cívica de la ciudadanía en las Asociaciones Comunitarias de Base es la que puede lograr la “democracia participativa”. Nuestra participación en la vida de la comunidad es un deber, es una misión privilegiada que no podemos delegar en nadie y menos en políticos que lo que buscan es entretenernos con boronitas…