A los 19 años, Regina Tchelly dejó su pequeño pueblo natal en el noreste de Brasil y llegó a Río de Janeiro con un sueño: convertirse en una chef famosa.
Cuando llegó allí, Tchelly, a quien criaron para nunca desperdiciar comida, se entristeció al ver con qué frecuencia los vendedores ambulantes tiraban comida buena.
Eso impulsó a Tchelly a emprender un nuevo camino culinario. Empezó a llevarse a casa la comida que sobraba de su trabajo como empleada doméstica y creó recetas innovadoras, como el pan de jengibre con cáscara de plátano y la quiche de tallos de brócoli. Esa experiencia la llevaría a fundar Favela Orgânica . La organización ha enseñado a miles de personas de bajos recursos, vendedores ambulantes y chefs a desperdiciar menos comida, combatir el hambre y abordar los efectos ambientales, a menudo devastadores, del desperdicio de alimentos.
“No debería haber desperdicios”, dice Tchelly, que ahora tiene 42 años. “Estamos desperdiciando nuestro planeta. Necesitamos cambiar nuestro comportamiento. Estamos en una crisis climática. Aquí, la gente aprende cómo la alimentación saludable y los hábitos sostenibles pueden beneficiar tanto a nuestra salud como al planeta”.
Tchelly es parte de un movimiento creciente en Brasil para reducir el desperdicio de alimentos, que se está extendiendo rápidamente por todo el mundo.
Fuente https://www.unep.org/news-and-stories/story/inside-look-brazils-push-end-food-waste