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Opinión | Jenny Carolina Morón/ Departamento Legal Movimiento de Mujeres Dominico-Haitianas

En la República Dominicana, el valor constitucional y los principios fundamentales constituyen la base sobre la cual se organiza el Estado y se garantizan los derechos de las personas.

Cuando hablamos de derechos del valor constitucional, nos referimos al carácter supremo de la Constitución dentro del orden jurídico. Esto significa que todas las leyes, decretos y actos de las autoridades públicas deben estar en conformidad con la Constitución; sin embargo, en el contexto dominicano, en el dia a dia, seguimos encontrándonos con actuaciones de autoridades públicas e implementaciones de leyes y normativas que irrumpen el orden constitucional y dejan desprovisto de ciertas garantías a los ciudadanos/as de este país.

Puedo citar el caso del Libro de Extranjería, el cual fue creado a partir de la ley 285-04 con el fin de inscribir el nacimiento de los hijos/as de inmigrantes irregulares en el país; dicho así, todo parece bien; sin embargo, cuando nos ponemos en el contexto del tiempo, jurídicamente nos damos cuenta de que en el 2004 la constitución que se estaba implementando era la del 1994 la cual no daba cabida a un libro de extranjería, ya que la nacionalidad dominicana se podría adquirir a través del jus soli sin ninguna restricción.

Al leer este artículo, a muchos les llegará el pensamiento de una de las últimas sentencias emitidas por la Suprema Corte de Justicia, fungiendo como Tribunal Constitucional, sobre la ley a la que hago referencia. Le confieso que a mí también me pasan muchos pensamientos cuando leo la decisión del tribunal. Sin embargo, llegan inmediatamente a mí las cátedras de derechos de mis maestros/as en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Me doy cuenta del sentido político de esta decisión. Aunque entiendo que todas las sentencias son políticas, no puedo olvidarme de los derechos humanos y los estándares internacionales.

Es bueno recordar que la Constitución refleja los valores, principios y aspiraciones del pueblo, y la nuestra es una de las más modernas, completas e integradoras; ella reconoce y protege el derecho a la vida, la igualdad, la libertad, la educación, la salud, entre otros. Armonizar nuestra Constitución con las leyes, los decretos, reglamentos y las resoluciones es una tarea pendiente de las autoridades. Ya es hora de que aquellos que están llamados a administrar el Estado e impartir justicia entiendan que no pueden ser una hoja en el vientre. Las pasiones personales y los pensamientos políticos de algunos no son el reflejo de lo que es la sociedad dominicana como tal.

Hoy es un excelente dia para recordarles a todos/as que la Constitución es mucho más que un conjunto de leyes; es la base que sostiene nuestra nación, el pacto que une a todas y todos bajo los mismos derechos y deberes. En ella se expresa la voluntad del pueblo, la dignidad humana, la libertad y la justicia.

Respetarla es honrar nuestra historia y proteger nuestro futuro.

Porque cuando la Constitución se cumple, florece la democracia, y cuando se defiende, se fortalece la paz.

 

Jenny Carolina Moron Reyes

Abogada Y Defensora de derechos Humanos

Movimiento de Mujeres Dominico Haitiana -MUDHA