Observaciones de la Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Bahous, en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre “Las mujeres, la paz y la seguridad”, celebrada el 6 de octubre de 2025 en la Sede de las Naciones Unidas.
Nueva York – Nos reunimos en vísperas del vigésimo quinto aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, un hito nacido de la convicción del sistema multilateral de que la paz es más sólida y la seguridad más duradera cuando las mujeres participan en la negociación. Sin embargo, el balance de los últimos 25 años es desigual: compromisos audaces y admirables han dado lugar, con demasiada frecuencia, a una implementación deficiente y una inversión insuficiente crónica. Hoy en día, 676 millones de mujeres y niñas viven al borde de un conflicto mortal, la cifra más alta desde la década de 1990. Es lamentable, por tanto, que hoy veamos un aumento del gasto militar y una renovada resistencia a la igualdad de género y al multilateralismo. Estas medidas amenazan los cimientos mismos de la paz y la seguridad mundiales.
***
Incluso en Afganistán, el monitoreo continuo de ONU Mujeres muestra que el 92% de los afganos, tanto hombres como mujeres, creen que las niñas deben poder asistir a la educación secundaria. También es sorprendente que la mayoría de las mujeres afganas afirmen mantener la esperanza de que algún día lograrán sus aspiraciones. Esto, a pesar de todo lo que sufren bajo la opresión talibán. Su esperanza no es un deseo vano, y es más que un mecanismo de defensa. Es una declaración política. Una convicción. Una inspiración.
***
Al reunirnos para debatir la agenda sobre mujeres, paz y seguridad, la dolorosa situación en Oriente Medio, especialmente para las mujeres y las niñas, permanece presente en nuestras mentes y corazones. Dos años después del inicio de la devastadora guerra de Gaza, en medio de las matanzas, el dolor y la pérdida, surge un rayo de esperanza.
***
Esperamos que esto conduzca a una paz justa y duradera para palestinos e israelíes por igual, donde todas las mujeres y niñas vivan con dignidad, seguridad y oportunidades.
***
Las tendencias documentadas en el informe del Secretario General deberían alarmarnos. Es comprensible que algunos concluyan que el auge y la normalización de la misoginia, que actualmente contamina nuestra política y alimenta el conflicto, es imparable. No lo es. Quienes se oponen a la igualdad no son dueños del futuro, sino nosotros.
La realidad es que, a nivel mundial, el sufrimiento y el desplazamiento probablemente aumentarán ante conflictos aparentemente insolubles y la creciente inestabilidad. Y es un hecho doloroso que debemos estar preparados para que la situación empeore antes de que mejore para las mujeres y las niñas.
Esto seguirá siendo exacerbado por recortes de financiación miopes que ya minan las oportunidades de educación para las niñas afganas; limitan la atención médica vital para decenas de miles de sobrevivientes de violación y violencia sexual en Sudán, Haití y otros lugares; cierran clínicas de salud en zonas de conflicto; limitan el acceso a alimentos para madres desnutridas y hambrientas y sus hijos en Gaza, Malí, Somalia y otros lugares, y fundamentalmente erosionarán la posibilidad de paz.
Sin embargo, a pesar de los horrores de las guerras y los conflictos, las mujeres siguen construyendo la paz.