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Opinión | Maximiliano Dueñas Guzmán

Podremos seguir camino bueno si los ustedes
que somos nosotros nos caminamos juntos.

El pasado primero de enero se celebró el vigésimo aniversario de la insurrección armada del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el estado de Chiapas, México, región en la cual aún sobrevive más de un millón de descendientes de la civilización Maya, seres que todavía preservan sus idiomas y muchas de sus formas de pensar/sentir/actuar pre capitalistas. Además, el pasado 17 de noviembre se cumplieron 30 años de la fundación del EZLN. Aunque rica en recursos naturales y diversidad cultural, Chiapas se destaca por ser uno de los estados más pobres de México en cuanto a la satisfacción de las necesidades humanas básicas: nutrición, salud, educación y vivienda. En palabras del Subcomandante Insurgente Marcos, el portavoz del EZLN, en la región “sólo crecía la ignorancia… en las mesas sólo el hambre era la invitada cotidiana; y …la única medicina para el dolor era la muerte”.  La organización y sus simpatizantes en Chiapas y el resto del mundo han estado celebrando y reflexionando sobre los significados de los dos aniversarios, los veinte del alzamiento y los treinta de la fundación. 

 En aquel primero de enero del 1994, la toma militar de siete de los municipios de la región fue acompañada por la divulgación de la Primera Declaración de la Selva Lacandona, documento en que se explicaban los motivos y objetivos del EZLN. Casi inmediatamente, la declaración fue divulgada mundialmente a través de internet, medio que en aquel momento comenzaba a tener uso masivo. Las acciones y comunicados subsiguientes del EZLN también se convirtieron rápidamente en contenido de internet. Los éxitos del EZLN en el uso de internet para  la divulgación de sus mensajes y para la creación de enlaces con simpatizantes a través del mundo ha generado mucho interés y atención sobre las prácticas comunicativas de la organización zapatista. Según Alfonso Dávalo López, un politólogo mexicano, “Desde que se dio el levantamiento armado, la Comandancia General del Ejercito Zapatista decidió utilizar la comunicación como una poderosa arma para garantizar el avance de las negociaciones de paz y la reivindicación de la lucha indígena”.

Subversión e internet

Muchos de los análisis de la comunicación zapatista han enfocado en el uso de la internet por parte del EZLN y sus simpatizantes a través del globo. Así, el mote de Manuel Castells para el EZLN se ha repetido ad nauseam: “El primer movimiento guerrillero de la era de la información”.  De forma similar se continúa repitiendo que como el EZLN no ha disparado ni una bala desde el cese de fuego a semanas del primero de enero de 1994, pero ha logrado mucho a través de su comunicación digital, el zapatismo ha llevado a cabo una guerra en internet.

Aunque la aportación del EZLN trasciende el uso de tecnologías digitales, estos enfoques tienen su justificación ya que los/as zapatistas fueron pioneros en el uso de internet con objetivos anti capitalistas. Ya para el 1996, el EZLN convocaba para la creación de “una red de comunicación entre todas nuestras luchas y resistencias. Una red intercontinental de comunicación alternativa contra el neoliberalismo, una red intercontinental de comunicación alternativa por la humanidad”. Un año más tarde, el Subcomandante Insurgente Marcos hablaba por teleconferencia con un congreso, celebrado en Nueva York, de activistas que buscaban el fortalecimiento de medios de comunicación independientes frente al creciente oligopolio  mediático de empresas como Disney-ABC, News Corportation, Viacom y Televisa. La tele intervención  del Subcomandante y las ideas/acciones del zapatismo inspiraron la creación de Indymedia, una red internacional de comunicación digital que para el 2006 integraba nodos de noticias alternativas en los cinco continentes y en más de 30 idiomas. 

Claro que la influencia del zapatismo en el movimiento contra el neoliberalismo no se debe/puede reducir al fetichismo tecnológico, a la noción que la apropiación de una tecnología —la computadora y el internet— permitirá a la humanidad lograr formas de  democracia participativa en lo económico y político para así poner fin a la producción social de la pobreza, a la exclusión cultural de millones de seres humanos y al ecocidio.

Además de una apropiación contestataria de las tecnologías digitales, el zapatismo ha definido a la democracia, la justicia y la dignidad como valores centrales de su lucha. Por ende, sus propuestas y usos de las tecnologías digitales se fundamentan en esos valores. Aquí su concepción de la relación entre deber y comunicación: “Ustedes tal vez se hayan dado cuenta de que le confiamos mucho a los medios libres y/o libertarios….  Personas, grupos, colectivos, organizaciones que tienen sus páginas electrónicas…. Y personas o grupos que tal vez ni compu tienen, pero aunque sea platicando, o con un volante, o un periódico mural, o rayando un grafiti o un cuaderno o un transporte colectivo, o en una obra de teatro, un video, una tarea escolar, una rola, una danza, un poema, un lienzo, un libro, una carta, miran las letras que nuestro corazón colectivo dibuja. Si no nos pertenecen, si no son parte orgánica nuestra, si no les damos órdenes, si no los mandamos, si son autónomos, independientes, libres (que quiere decir que se mandan ell@s mism@s) o como se diga, ¿por qué lo hacen entonces? Tal vez porque piensan que la información es un derecho de tod@s, y que a cada quién le toca la responsabilidad de qué hacer o deshacer con esa información. En forma similar Susan Street, una científica social mexicana, afirma que en la perspectiva y práctica zapatista “la democracia abandona su sitio estructural para ubicarse en la intercomunicabilidad humana que se da en la relación social (de fondo cultural) entre gobernados y gobernantes o entre representados y representantes”.

Comunicación sin centro

Esta concepción de comunicación descentralizada ha sido también identificada como característica de los movimientos de Indignados y Occupy que proliferaron en Estados Unidos y Europa durante el 2011 y 2012, al igual que de la huelga estudiantil  del 2010 en la Universidad de Puerto Rico.

En referencia a la ocupación de las plazas públicas en España por los/as Indignados, Amador Fernández Savater afirma que las plazas se convirtieron en talleres de democracia donde se elaboraba “el pensamiento colectivo”, “la confianza generosísima en la inteligencia del otro desconocido”, la “búsqueda paciente de verdades incluyentes” y “el privilegio del debate y el proceso sobre la eficacia de los resultados”. Pablo González Casanova, el destacado sociólogo y humanista mexicano, identifica al  zapatismo como germen de de estas movilizaciones globales, tal como los/as Indignados/as en España, particularmente por su concepción de democracia directa.

En la perspectiva zapatista, estas conexiones estrechas entre comunicación y democracia se expresan frecuentemente en formas que privilegian lo sentimental, lo poético y la narración sobre el análisis y argumento racionalista. Para el Subcomandante Insurgente Marcos, la democracia comienza en ese acto individual cuando intentamos pensar a otro ser humano y lo hacemos con un profundo sentido de respeto y tolerancia: “Y es en el mirar donde el otro, la otra, lo otro aparece.  Y es en la mirada donde eso otro existe, donde se dibuja su perfil como extraño, como ajeno, como enigma, como víctima, como juez y verdugo, como enemigo… o como compañer@….Si no aprendemos a mirar el mirarse del otro, ¿qué sentido tiene nuestra mirada, nuestras preguntas?” La reconocida aversión de los zapatistas por la toma del poder del estado es con frecuencia explicada por ellos/as mismos a través de la  historia del león y el espejo, narración en la cual el dominio brutal del animal (“No hay animal que se le enfrente ni hombre que no le huya. Al león sólo lo puede derrotar una fuerza igualmente brutal, sanguinaria y poderosa.”)  es superado a través del uso de un espejo para que la bestia confunda su sangre con la de su presa y así termine matándose a si mismo.

En esta aversión a la toma del poder político el zapatismo contradice los caminos recorridos por las grandes revoluciones de los siglos 18 al 20, en particular aquellas del siglo pasado inspiradas en el marxismo. “Ni hegemónicos ni homogéneos” repiten con frecuencia los/as zapatistas en rechazo a la tesis vanguardista de Lenin y en aceptación de las diferencias culturales y políticas del movimiento revolucionario (“por un mundo donde quepan muchos mundos”). Los principales valores zapatistas —democracia, justicia y dignidad— se entrelazan a través de los conceptos de poder y esperanza. “No son las armas las que nos dan radicalidad; es la nueva práctica política…que no busca la toma del poder sino la organización de la sociedad” afirma uno comunicado zapatista del 1997.  Y en esa nueva práctica política, la toma del poder es sustituida por la esperanza:  es la esperanza la que obliga a buscar nuevas formas de lucha; esto es, nuevas formas de ser políticos, de hacer política. Una nueva política, una nueva moral política, una nueva ética política es no sólo un deseo, es la única posibilidad de avanzar.” Tan radical y central es la noción de esperanza para las/os zapatistas y organizaciones inspiradas en su práctica que Ana Cecilia Dinerstein y Séverine Deneulin, dos científicas sociales,  proponen que se denomine al EZLN como movimiento de esperanza para distinguirlo de los movimientos sociales más tradicionales: “proponemos denominarlos ‘movimientos de esperanza’ para dar cuenta de las acciones colectivas dirigidas a anticipar, en forma imperfecta, realidades alternas que surgen de la actualidad”.

La subversión zapatista de la lógica neoliberal y de muchos cánones de la lucha contra el capitalismo han contribuido significativamente al debate teórico-práctico sobre el cambio social. Ya para el 2006 existían sobre 700 textos de análisis de la gesta zapatista.

Posiblemente el texto académico más frecuentemente relacionado con la perspectiva zapatista es el libro Cambiar al mundo sin tomar el poder, escrito por John Holloway, un académico irlandés radicado en México. En este libro, que tiene como subtítulo el significado de la revolución hoy, el autor argumenta que “la gramática del análisis político, sea de la derecha o de la izquierda, es una gramática de poder y

sólo puede conducir a la sustitución de un poder por otro.”  Para salir de esa gramática o lógica del poder, Holloway propone la búsqueda y construcción de prácticas para “crear un mundo basado en el mutuo reconocimiento de la dignidad humana, en la construcción de relaciones sociales que no sean relaciones de poder”.

¿Se repliega el EZLN?

Al llegar a sus treinta años de existencia el EZLN ha perdido mucha de la resonancia internacional de la que gozó en los primero lustros posteriores al 1994. El gobierno mexicano ha continuado su militarización de Chiapas al mismo tiempo que ha logrado erosionar el apoyo al zapatismo entre la población indígena. Esto lo ha logrado implantando las tácticas de guerra de baja intensidad desarrolladas por el gobierno estadounidense en la lucha contra el sandinismo en Nicaragua. Al mismo tiempo, la apropiación por parte del Banco Mundial y otras agencias internacionales de conceptos y prácticas de desarrollo sustentable y de autogestión también han contribuido a minar el apoyo de los/as campesinos a los proyectos zapatistas. Hubo, además, grandes diferencias en el seno de la izquierda mexicana en torno a las elecciones nacionales del 2006, discrepancias que le restaron mucho apoyo al EZLN.

En vez de proyectarse por encuentros y pronunciamientos internacionales, en los años más recientes el EZLN se ha dedicado al desarrollo de la autonomía gubernamental de cinco municipios en Chiapas. Denominados caracoles, los cinco municipios funcionan libre de intervención de los gobiernos estatal y federal. En este contexto han logrado avances significativos en salud, alimentación, educación y autogestión económica. Así las cosas, en los comunicados de celebración de sus 20/30 años, las/os zapatistas afirmaban: “¿La medida de nuestro éxito o fracaso está en lo que de nosotros aparezca en los medios de paga, en las tesis, en los comentarios, en los “pulgares arriba”, en los libros de historia, en los museos?….O en lo logrado, lo fallado, lo acertado, lo pendiente?…Para las encapuchadas y encapuchados de acá, la lucha que vale no es la que se ha ganado o perdido.  Es la que sigue, y para ella se preparan los calendarios y las geografías.”