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Columnista Invitado/a | Margarita Cordero

Un drama con muchas aristas convertido en espectáculo para solaz del morbo, cual que sea el partido que tome. Revictimización de la adolescente. Culpabilización de una familia que sufre. Condena inquisitorial del confeso asesino y de su madre, no tanto por el crimen como por su adscripción política y desempeño de un cargo público.

Campo fértil para la hipócrita moralina que quiere tapar con un dedo el sol de la sexualidad temprana. Campo fértil también para los excesos reivindicativos que achacan la muerte de la adolescentes al Código Penal, y a los congresistas, desde luego, por no admitir siquiera las tres causales que justifiquen el aborto. Y para los antiabortistas, que ríen mientras dicen "¿Tú ves? Mira las consecuencias".

Ninguno de los dos bandos sabe a ciencia cierta si Emily murió en un aborto o a consecuencia de él. Pero no importa. Hay que animar el espectáculo. Y para no restarle color y brío, el mutante público-actor pone también en escena mucha política, hasta casi convertir el de Emily en crimen de Estado.

Hasta el 13 de junio de este año, 43 mujeres dominicanas, buena parte de ellas casi tan jóvenes como Emily, fueron victimas de feminicidio. Los métodos han llegado a incluir el degollamiento.

En noviembre del año pasado, Thalía Mercedes Rosario, con ocho meses de embarazo, fue asesinada por encargo. Nadie convirtió a estas mujeres en #hashtag. Nadie salió a las calles a quemar basura y neumáticos para exigir justicia. Nadie habla de los huérfanos.

Nadie tuitea o escribe "posts" para reivindicar el derecho a la vida de las mujeres, vapuleado por la misoginia del sistema de patriarcal y androcéntrico. Hacerlo de manera seria y comprometida, no digo que al ruido de la fanfarria que deshumaniza el drama al que asistimos.

Leo en medios y redes, escucho noticiarios y "postcats" sobre el caso, y las mujeres, no solo Emily, me duelen en las entrañas. Ni siquiera en la muerte merecemos respeto.

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Texto de la periodista Margarita Cordero publicado originalmente en facebook . Reproducido en Espacio Insular con su autorización