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Narrativas de hospitalidad y desarraigo… | Por Wooldy Edson Louidor, profesor e investigador del Instituto Pensar de la Pontificia Universidad Javeriana

Bogotá, 15 de enero de 2017. En un comunicado de prensa publicado ayer 12 de enero de 2017[1], la oficina de prensa de la Casa Blanca anunció la decisión del presidente saliente de los Estados Unidos, Barack Obama, de poner fin a la Ley de Ajuste Cubano, más conocida como la política “pies mojados/pies secos”[2]. 

Dicha ley fue promulgada el 2 de noviembre de 1966 en el marco de la Guerra Fría, considerada por Obama como una “era diferente” a la época actual marcada por la “normalización de las relaciones [de Estados Unidos] con Cuba” y por “una mayor consistencia de nuestra política migratoria” hacia la isla. 

La normativa permitía a todos los ciudadanos cubanos, que huían de la Cuba comunista y pisaban tierra estadunidense (pies secos), obtener automáticamente la residencia permanente en este país; mientras que los cubanos que llegaban por mar (pies mojados) eran detenidos y devueltos a su país de origen por la Guardia Costera de Estados Unidos.  

El acercamiento entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, iniciado en diciembre de 2014 después de más de medio siglo de hostilidad entre ambos países, había suscitado en Cuba la sospecha de que la política “pies mojados/pies secados” estaba llegando a su fin. 

De hecho, esta sospecha habría motivado la migración acelerada de un gran número de cubanos, quienes han estado transitando en varios países sudamericanos y centroamericanos (entre ellos, Colombia) en su camino hacia Estados Unidos, de acuerdo con múltiples testimonios recogidos en un informe publicado conjuntamente por CODHES, el Instituto de Estudios Sociales y Culturales Pensar-Pontificia Universidad Javeriana y Pastoral Social-Cáritas Colombiana[3]. 

Con esta decisión del presidente saliente estadunidense, los cubanos pierden definitivamente este privilegio y serán tratados “de igual manera como los migrantes que provienen de otros países”, precisa el mencionado comunicado. Es decir que los cubanos que “llegan ilegalmente a los Estados Unidos y que no califican para ayuda humanitaria” serán deportados a su país de origen. Es una estocada a los migrantes cubanos. 

Este giro de la política migratoria de los Estados Unidos hacia los cubanos pone fin a los beneficios (derivados de la Guerra fría que tuvo uno de sus principales lugares en el Caribe en razón de la revolución castrista), a los cuales los migrantes cubanos tenían acceso en los Estados Unidos. 

Indudablemente este endurecimiento de la política migratoria estadunidense hacia Cuba intensificará la crisis humanitaria en la frontera de México con Estados Unidos en Tijuana, donde ya hay 12.000 migrantes haitianos (según reportajes de distintos medios de comunicación y organizaciones de derechos humanos[4]) que esperan una decisión de los Estados Unidos. Del mismo modo, complejizará aún más, para los Gobiernos y Estados de América Latina, la atención a este flujo migratorio cubano que seguramente se quedará varado en nuestra región provocando o intensificando las crisis humanitarias. 

¿Qué repercusiones tendrá esta decisión de Obama sobre los países de Sud América y Centroamérica que son lugares de tránsito para los migrantes cubanos? ¿Mantendrán sus decisiones de cerrar sus fronteras (como Costa Rica, Nicaragua y Panamá) o deportar a los cubanos (como Colombia y Ecuador)? ¿Qué hará México? ¿Negociará con la administración entrante de Donald Trump, con el régimen castrista o simplemente deportará a los migrantes cubanos hacia su país de origen? 

Todo parece indicar que las bases políticas y jurídicas del muro físico que Donald Trump amenaza con construir en la frontera con México (y, de hecho, con América Latina) ya han sido colocadas por su antecesor. 

Seguramente se pondrá a prueba la capacidad de nuestra región, más allá de la retórica y de los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos (convertidos en “papel mojado” cuando se trata de los migrantes), para proteger y acoger a los migrantes cubanos -así como de los migrantes haitianos, centroamericanos y extra-continentales- que transitan por nuestros países en busca del sueño americano que se está volviendo cada vez más una pesadilla.


[1] The White House. Office of the Press Secretary. Statement by the President on Cuban Inmigration Policy. Washington, DC, January 12, 2017. Enlace : https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2017/01/12/statement-president-cuban-immigration-policy

[2] Public Law 89-732- NOV. 2, 1966. An Act to adjust the status of Cuban refugees to that of lawful permanent residents. Enlace : https://www.gpo.gov/fdsys/pkg/STATUTE-80/pdf/STATUTE-80-Pg1161.pdf

[3] CODHES, Instituto de Estudios Sociales y Culturales Pensar (Pontificia Universidad Javeriana) y Pastoral Social-Caritas Colombiana. Informe de caracterización de la crisis humanitaria en la frontera colombo-panameña. Bogotá, Colombia – 5 de Julio 2016. Enlace: http://www.codhes.org/images/Informe_caracterizaci%C3%B3n_crisis_humanitaria_en_frontera_Colombia_Panam%C3%A1_CER_5_Julio_2016.pdf

[4] Fundamentalmente, el medio de comunicación “TRT World” (véase “Over 12,000 Haitians in Mexican city hope to enter US”, Jan 7, 2017. Enlace: http://www.trtworld.com/americas/over-12000-haitians-in-mexican-city-hope-to-enter-us-269885) y la organización “Comité Ciudadano en Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos-CCDNAM” (véase el enlace: http://ccdnam.blogspot.com.co/p/noticias.html ).