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Columnista Invitado/a | Por Nicolle Núñez Miranda.

Las relaciones entre Estados se fundamentan en el principio de reciprocidad que en lenguaje coloquial equivaldría a ¨recibes si das¨. En el caso particular de las relaciones entre haitianos y dominicanos, desde nuestra niñez hemos ido construyendo barreras de incomprensión; que nos conducen durante toda nuestra sagrada existencia, a odiarnos.   

Mis competencias en el sector, en calidad de  Lic. en Diplomacia y Servicios Internacionales, con Maestría en Derecho Administrativo y Gestión Municipal, conocedora del creole haitiano, francés e inglés. Me convoca a reflexionar sobre los lineamientos de una renovada política dominico-haitiana. 

 Decía Franketienne en su Huevo de Luz, ¨Nadie podrá llegar a decir mucho más de lo que habrá vivido¨. Sugiero que desde las aulas a nivel inicial, básico y superior se desarrollen estrategias comunicacionales a través de las cuales se informe sobre la verdad de los acontecimientos históricos no para repetirlos sino, y justamente, para vivirlos recordando el pasado, valorando el presente y propositivamente plantearnos un futuro esperanzador para ambos pueblos que cohabitan en la Hispaniola.  

 Foros estudiantiles a todos los niveles donde se puedan desarrollar distintas actividades que dinamicen los referidos lineamientos. Excursiones geoestratégicas, intercambios culturales que impliquen afianzamiento idiomáticos, valoración musical. ¡La armonía de construir puentes de comprensión!. ¡Pa bloken an nou viv zanmi!  

 Antonio Lockward en su libro: ¨Jacques Viau, poeta de una isla¨, presenta dignamente el poema, ¨De tus labios¨, de su gran amigo y camarada haitiano. En este verso siento la confraternidad de ambos: 

 Hablaste de mi tierra

 desde tu tierra

de mi tierra unida a la tuya por la angustia,

por un puente de manos que se buscan ansiosas.

Mi tierra

tu tierra 

unidas por un rio de sangre

por un mismo silencio y una misma esperanza.

Tu voz acaricio la espiga de nuestra espera

Y tu boca mordió la mano de piedra que nos separa:

Sangró la piedra

la piedra que han lanzado contra ti

contra mi

contra tu tierra

mi tierra.

 Este año glorioso recibiremos en casa a la OEA y la CELAC, y yo me despido con esta frase de nuestro Ramón Marrero Aristy: ¨En fin, hay que hacer las cosas como se debe y como no se debe. Unas veces al derecho y otras al revés¨.