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Historia de vida… | Graciela Azcárate/Especial para Espacinsular

“El  sentido de la vida cambia completamente cuando tienes un hijo. El mundo se vuelve mejor y da más miedo también, porque tienes miedo de que aquello se rompa”.  Ana Maria Matute.

 Claudio Nasco, presentador y periodista cubano asesinado  por tres jóvenes dominicanos,  el 13 de  diciembre de 2013.

 Hoy, sábado 15 de agosto del 2015, día de la Virgen de La Altagracia,  a primera hora de la mañana leí la carta de la madre de Claudio Nasco.

Leí la condena a los tres jóvenes asesinos,  pensé que se hizo justicia con la vida del joven cubano pero las raíces de ese atroz asesinato siguen reflejados en la vida de esos tres jóvenes dominicanos que son la imagen de una sociedad enferma, intolerante y asesina.

Ellos son el espejo de la sociedad en la cual vivimos.

Discriminatoria, sin piedad, sin amor por el vecino, sin inteligencia, sin decencia, llena  de prejuicios atávicos. Una sociedad ruin.

Pensé en la banalidad de una sociedad que hace un circo del dolor ajeno, lo promueve morbosamente en los medios de comunicación y después se olvida para pasar al próximo escándalo. Sin darse cuenta que el monstruo, la gangrena, el cáncer lo lleva dentro.

 Dejarlo como un comentario de periódico,  una noticia policial,   una crónica roja del submundo gansteril  es trivial e irresponsable.

Es una intolerable complicidad con una sociedad corrompida e infectada.

Su madre,  Servilia Cubas Pérez  escribe: (…) “Para mí, Ilian resumía todas las cualidades de un hijo perfecto, sin importar su preferencia sexual. Toda  su  familia sabía que era homosexual”.

(…)“Siempre nos dio su amor, dedicación, preocupación, entrega total, tuvo un gran valor familiar”.

(…) “era una persona correcta, respetuosa y con buenos valores humanos y muy trabajadora, y ahora han dañado su imagen y arrastrado por el suelo su persona, y no lo acepto”.

(…) “trabajó toda su vida para todos nosotros, no descansó hasta el último día de su vida, hasta vernos estables y unidos, como hoy nos encontramos, pero sin él”.

 (…)” Su  pérdida es  irreparable, porque fue la luz de la familia, nuestro soporte espiritual y económico”.

En diciembre de 2013, hacía dos meses que mi hijo más chico había regresado,  después de cinco años de estudios  de posgrado en Argentina.

La muerte de ese joven cubano de 37 anos me conmocionó,  me asustó, temí por la vida de mi muchacho en un país arrabal izado, enfermo, prostituido, sin valores, anegado en intolerancia y prejuicios.

En mi cuaderno de notas copié una frase de la escritora española Ana Maria Matute y en las redes digitales con Leibi Ng escribimos muchas cosas sobre ese joven muerto de manera inmisericorde.

La prensa amarilla, la homofobia, la ignorancia, la estupidez más absoluta, la mala fe de muchos, la morbosidad social  y  los prejuicios sociales  inundaron  como una ola fecaloide las redes digitales, los programas radiales y televisivos.

Conmocionada por un comentario homofóbico de un supuesto intelectual dominicano en las redes sociales escribí  un texto para mí y en el pensamiento para Claudio Nasco,  asesinado en nombre de la intolerancia  y la homofobia.

Con Leibi Ng pusimos una invocación por el alma de ese joven, para iluminar de alguna manera a la horda ignara  y ruin.

Lo titulé: “Pia viene de piedad”  y dice así:

Ayer cuando leí un inmisericorde texto de un varón dominicano sobre la muerte de Claudio Nasco, como buena vasca bruta me salieron las ganas de contestarle con un derechazo literario.

Pero  me asaltaron recuerdos diversos, como ese final de “Filadelfia” donde aparece la foto del niño que deviene en enfermo de sida, pero que para la madre es siempre  su niño hermoso jugando en la playa, después me asaltó el bello cuento de Antonio Tabuchi sobre un travesti en la novela de “ La cabeza cortada de Damasceno Monteiro”, y el cuento “ Giovane”  y me dormí leyendo un texto precioso de Nadine Gordimer cuando recibe el premio Nobel de literatura 1991 y cuenta que le tomó una vida "escribir y ser" para comprender su mundo de blanca en un universo de  apartheid, negros, intolerancia y discriminación.

Y no sé que me pasó, ni que soñé,  pero mis bisabuelos argentinos y españoles  algo me dijeron en sueños mientras navegábamos un mar de no sé donde, y  se me apareció  la Pia Maura, la abuela española en la tirada del Iching de hoy en un hexagrama 50 que es la caldera o la maura, y cuando abrí el correo  me encontré con otras formas de masculinidades, con ternuras y admiraciones diversas por los hijos.

Me encantó esa elegía de Elias Roedan por su niño de 9 años que toca la batería y me encontré con la china Leibi Ng que invoca una plegaria para Claudio Nasco, joven, bellos, creativo, generoso....

Como el hijo que todos podemos tener y siempre será nuestro bello bebé.

Y se me fue la furia por el macho vociferante de ayer, y me bañó   la lluvia, y  el recuerdo de mis muertos y las alegrías de los domicanos y domicanas con el alma pura.

Y evoqué el nombre de mi abuelita española Pia Maura García Artamendi de Azcárate  y me di cuenta que Pia viene de piedad.

(Cuaderno de notas- Santo Domingo, 15 de diciembre de 2013.)

 Nota: (Releído  y pasado en limpio el  27 de mayo de 2015, reescrito para ser publicado hoy, sábado 15 de agosto 2015, después de leer la carta de Servilia Cubas Pérez, madre de Claudio Nasco )

Sábado, 15 de agosto de 2015, Santo Domingo.

Foto El día.